Es la inflamación de origen generalmente infeccioso, de la via aérea y/o de los pulmones. Eso hace que al bebé le cueste trabajo respirar normalmente y por eso aparece un pequeño silbido en su respiración.
Es el virus que causa la mayor cantidad de infecciones respiratorias en niños menores de 2 años, como la bronquiolitis o neumonia, que son las más graves y pueden dejar secuelas posteriores en el aparato respiratorio de un niño, como sibilancias, enfermedades respiratorias recurrentes y alteración de la función pulmonar.
El virus es muy contagioso y sobrevive hasta 6 horas sobre la superficies infectadas como muebles, sábanas, jugetes u otros objetos. Los lugares de mayor riesgo de transmisión de VSR son los que presentan condiciones de hacinamiento, los lugares con muchos hermanos y las guarderías infantiles.
Además, existe mayor probabilidad de infección en los bebés expuestos al humo del cigarrillo, ya que el mismo reduce las defensas respiratorias. El VSR se transmite de persona a persona, mediante el contacto y por las gotitas que se esparcen en el aire al toser, estornudar o hablar.Así como también al estar en contacto con materiales contaminados.
Los primeros síntomas de las infecciones respiratorias agudas suelen ser iguales a los de un resfrío común: Congestión, mocos y tos.
Respiración agitada: Esfuerzo para respirar.
Aumenta la frecuencia respiratoria.
Aleteo nasal por sentir la falta de aire.
Se le hunde el pecho y la pancita cuando respira, en particular entre las costillas o se escucha un silbido.
Decaimiento
Falta de apetito o come con dificultad.
Irritabilidad o dificultad para dormir.
Fiebre aunque sea baja.
La piel se pone azulada por la falta de oxígeno, lo cual se nota especialmente en labios y uñas.
Parece muy enfermo.
Ante el menor síntoma consultá al médico o acercate al centro de salud más cercano a tu casa. Acordate de tener siempre a mano la dirección donde lo podés llevar así si hay alguna emergencia no perdés tiempo.
le des medicamentos por tu cuenta o aceptes consejos de vecinos, familiares o amigos sin antes preguntarle al pediatra.
No fumar en casa, ni exponer al bebé al humo del cigarrillo: el cigarrillo daña a todos.
Los virus pasan por el simple contacto.
La leche materna aumenta las defensas de los bebés.
Hay un gran riesgo de contagio por las gotitas que se esparcen al toser, estornudar o hablar.
El aire viciado propicia las infecciones.
Evitar el uso de calefacciones a leña o por braseros.
Las infecciones respiratorias agudas como la bronquiolitis o la neumonía son muy frecuentes entre los más chiquitos y los bebés prematuros aún mucho más expuestos a los riesgos que pueden ser serios, pero eso es fundamental su prevención. Evitar en lo posible la asistencia a guarderías o jardines maternales.
Los bebés prematuros cuentan aún con menos defensas que los nacidos a término. Tienen un sistema de defensas inmaduro y durante las últimas semanas del embarazo la mamá, a través de la placenta, le transmite al bebé muchos anticuerpos, Al no terminar de cumplir ese proceso y presentar alteraciones en las vías aéreas, tienen mayor riesgo de contraer una infección respiratoria grave.
El virus Sincicial Respiratorio (VSR) es una de las principales causas de hospitalización de lactantes con riesgo y una de las causas más importantes de mortalidad infantil.
Para el VSR no hay vacuna. El uso de anticuerpos monoclonales contra el VSR en niños prematuros y con enfermedades respiratorias de base o con cardiopatías, ha demostrado eficacia para disminuir el riesgo de internación por esa infección.
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